sábado, 25 de enero de 2020

Reseña: Bona nit, os!


Título del libro: Bona nit, Os!
Editorial: Bruño
Precio: 10,90€
Enlace de compra: https://www.brunolibros.es/libro.php?id=5783138

Hola! Hoy os quiero hablar de un libro que aunque nosotras lo tenemos en catalán lo podéis encontrar en castellano. Fue verlo y enamorarme de él.
Ahora que por fin hemos instaurado el hábito de leer un cuento y irnos a dormir me gusta tener variedad tanto en la temática como en la mecánica de la lectura del cuento.

La trama gira al rededor de osito y sus amigos. Oso no se quiere ir a dormir sin despedirse y darles las buenas noches a algunos de los animales que conviven con él en el bosque.
Lo más original es que en la primera página hay una ranura con una linterna. El/la peque la ha de coger y a través de unos filtros oscuros que hay en cada página ir buscando con la linterna a los amigos de oso. Asombrosamente cuando pasas la linterna se aclara la imagen y se ven los dibujos que hay bajo el forro.


Además de estimular la curiosidad en la búsqueda de las consignas (los animales) se trabaja la motricidad fina (meter la linterna en el forro de cada página y ir subiendo/bajándola hasta encontrar al animal que nos piden).
Tiene unas ilustraciones sencillas pero bonitas y como es un libro para dormir sus colores en tonos pastel promueven la calma.


A mi hija le encanta y se ha convertido en un imprescindible para irnos a dormir.

¡Hasta la próxima!

Reseña: Loto Bingo


Nombre del juego: Loto Bingo Junior 
Marca: Buki
Precio: 19,90€

El 19 de Enero mi peque cumplió 3 años y como buena friki de los juegos de mesa le he empezado a hacer una pequeña colección dentro de su rango de edad. Me gustaría empezar por éste ya que es el último que hemos adquirido y jugado.
El juego se llama Loto Bingo y ya por el nombre os haréis una idea de qué va. Es el bingo de toda la vida pero adaptado para que puedan jugar los peques de tres años en adelante. 

Los cartones traen pocas y grandes casillas (9) de las cuales solo 6 son jugables. Tienen doble cara. Pueden jugar hasta 10 personas. 
Las bolas tienen diferentes símbolos. Hay números (del 0 al 9), animales (perro, gato, león, cerdito, pez...) y colores (rosa, rojo, negro...). Monísimas.
Las fichas para cubrir las casillas son grandes y fáciles de coger.


Guay: 

1. Todo lo que se incluye se puede ordenar dentro de la isla del bombo de bolas. A los lados hay unas zonas en las que se pueden ir colocando las bolas que van saliendo. Detrás hay un hueco para los cartones y delante una obertura en la que meter las fichas. 
2. Trae unas fichas con el dibujo de una copa/trofeo para el que gane cada ronda. 
Ésto motiva mucho sobretodo a los más peques. 
3. Muchos cartones y dobles. 
4. Bolas grandes y dibujos chachis.

Meh:

1. Hay muchas fichas para tapar las casillas y no caben todas en la ranura que trae la isla. Lo mejor es que os hagáis con una bolsita de Zip tipo congelación para meterlas dentro y que no se pierdan. 
2. A veces cuando giras el bombo de las bolas no sale ninguna. Has de seguir y seguir girando. 

Experiencia: 

La peque se lo pasa muy bien girando el bombo y sacando las bolas. Es un juego que estimula la atención, la concentración, la motricidad fina, la memoria de trabajo y la capacidad visuoespacial. 
Recomendable tanto para parejas, grupos y hasta para que el o la peque juegue solo/a. 

Y para finalizar, un meme: 

¡Hasta la próxima! 🤩

martes, 21 de enero de 2020

Pobre flor

La historia se sitúa en la España de principios de siglo XX. A punto de empezar la guerra, cinco hermanos quedan huérfanos de madre de forma repentina a una edad muy temprana. D., la segunda hija mayor, con 14 años, es la que asume el rol de madre y se encarga tanto de la casa como de cuidarlos a todos. Su padre trabajaba todo el día en el campo y cuando llegaba a casa al caer la noche solo pedía un plato caliente para irse a dormir y continuar al día siguiente una nueva jornada. Marcado por la trágica y repentina muerte de su joven esposa, acabó su vida de forma solitaria. Se sabe que debido a la psoriasis que padecía vivió sus últimos años en una buhardilla, aislado de la gente por temor al contagio, ya que en aquella época era una enfermedad que causaba repudio. 
D. cuidaba de todos sus hermanos y muy pronto “se puso a servir”. Tras algunos desengaños con los "señores" que confundían el ser servicial con la obligación de realizar cierto tipo de “servicios”, acabó encontrando una buena familia que le dejó compatibilizar sus obligaciones con el cuidado de sus hermanos y la casa. El señor y la señora eran los médicos del pueblo y como no tenían hijos la acogieron y trataron como unos verdaderos padres los años que trabajó para ellos. D. recordaba ese tiempo como el mejor de su vida.
Un día conoció a un muchacho que recitaba unos poemas bonitos. Cada día, a la misma hora se encontraban y le enseñaba uno distinto.
El que más le gustaba decía así:
“Pobre flor, dónde naciste, cual inversa fue tu suerte que al primer paso que diste, tropezaste con la muerte. Si te dejo es cosa triste, si te arranco es cosa fuerte y dejarte con la vida es dejarte con la muerte”.
Aquel chico, era ni más ni menos que Miguel Hernández y se convirtió en su amor platónico. Se marchó y nunca más supo de él hasta que años después tuvo un libro suyo entre las manos. 
Se acabó casando con A., un joven herrero del pueblo, después de seis largos años de noviazgo. Algunos de ellos los pasaron en la distancia porque él se marchó al frente. Se escribían cartas todos los días. Creía haber encontrado el amor de nuevo pero, poco a poco, cuando empezaron a vivir juntos, se dio cuenta de que no lo conocía. El carácter de A. fue cambiando. Tuvieron dos niños y después dos niñas más. Una, murió a los dos días de nacer de forma extraña y la otra, una noche en la que no dejaba de llorar, D. vio como A. la zarandeaba y dejó de llorar y de respirar al mismo tiempo. Pasaron los años y tuvieron dos hijos más entre penas, palizas y encuentros no consentidos. D. explicaba que cuando A. volvió de la guerra no era el mismo y suponía estaba traumatizado por todo lo que vio durante la guerra.
Fueron muchas las historias que explicaba de maltratos tanto físicos como psicológicos. Pero por el qué dirán aguantó mucho, quizá demasiado. Ya era tarde para curar las heridas en la vista, en los huesos pero sobretodo en el corazón. Se convirtió en una persona fría y carente de vida.
Entonces ocurrió algo que acabó de destruir lo poco que quedaba de la ilusión por vivir. A. intentó agredir sexualmente a su propia hija. D, explicaba que se había enamorado de ella y cuando ésta le explicó que había empezado a salir con un chico, lleno de celos, perdió totalmente el juicio. Cargada de razones y valor, fue a denunciarlo, pero sin pruebas ni sangre de por medio no se pudo hacer nada más que esperar hasta que ocurriera algo más. Y ocurrió. Pocos días después, D. recibió una llamada. Habían encontrado el cuerpo sin vida de A., se había colgado en las vigas de la fábrica en la que trabajaba. Una secretaria de la empresa, explicó a la policía lo siguiente:
"Estoy muy nerviosa y asustada... no sé muy bien por donde empezar. Hay un señor, trabajador de la empresa en la que trabajo como secretaria, que ha intentado abusar de mi esta tarde en la oficina. El señor A. me ha propuesto relaciones y como no he accedido me ha amenazado de muerte."
Cuando la policía llegó a la fabrica, ya se había suicidado.
Los años siguientes de su vida no fueron mejores porque no se encontraba bien de salud pero encontró la tranquilidad que buscaba. Fue abuela de ocho nietos y disfrutó de la compañía de sus hijos hasta que las vidas de éstos se fueron truncando. Las separaciones, divorcios y discusiones provocaron un distanciamiento entre todos. Y la unión familiar se acabó de romper cuando D. falleció en el año 1998. 
Hasta aquí la historia de mi abuela. Una estrella fugaz que pasó por mi vida de forma breve pero intensa.
Siempre quisiste que se supiera la verdad.
Va por tí, donde quiera que estés.
Te echo de menos.
Tu niña 

Los libros de mi vida

Desde bien pequeña me ha gustado la lectura. Mi abuela se encargó de enseñarme muy pronto porque lo consideraba una herramienta impresc...