Mi marido y yo nos conocimos en el año 2008. Salía de una relación turbulenta y con él encontré la paz que estaba buscando.
Nos fuimos a vivir al mes de conocernos y desde entonces no nos hemos separado más que en momentos contados.
Una vez leí en un estudio que la apariencia o el carácter son los aspectos más importantes a la hora de buscar pareja. Con los años y mi experiencia puedo decir que hay una variable todavía más importante, compartir los mismos intereses.
Desde el minuto cero lo que acabó de unirnos fueron nuestros mismos gustos, aficiones e intereses en la vida.
Nuestro primer hogar fue una casa de madera. Un anexo que había en el jardín de mis suegros y que apenas tenía veinte metros cuadrados. Un acogedor y perfecto nidito de amor que se nos quedó pequeño a partir del segundo año juntos. No es como la de la foto pero la recuerdo con el mismo encanto.
La siguiente etapa de la relación la pasamos compartiendo piso con una pareja de brasileños. Una experiencia muy enriquecedora que nos enseñó muchas cosas buenas y aunque otras no lo fueron tanto guardamos muy buenos recuerdos.
Si la convivencia a veces resulta complicada con aquellos con los que compartes ideas y costumbres pues imaginad si son diferentes.
La siguiente y última etapa que nos lleva a la actualidad se sitúa en la casa que vivimos. Tenemos mucho espacio para nosotros y una zona friki en la que mantenemos nuestras joyas de la corona que nos recuerdan quienes fuimos. Y es que éramos muy activos. No parábamos ni dentro no fuera de casa.
Nos gustaba ir al cine, ver series de anime, leer el mismo tipo de libros, hacer excursiones por la montaña, jugar a videojuegos... Como veréis hablo en pasado y es que todo ésto, ya no solo por el coronavirus, se ha visto alterado con la llegada de la peque.
Es cierto que a medida que se va haciendo mayor retomamos poco a poco nuestros hobbies pero nada que ver con lo que hacíamos o éramos cuando estábamos solos.
Cómo hemos cambiado hace referencia a ese momento en el que dejas de pensar en ti y en tus preferencias, en nuestro caso, por la llegada del nuevo miembro a la familia. Tus necesidades se minimizan y aunque siguen ahí, están dormidas, las dejas para cubrir las nuevas.
Sabemos que algún día volverá la intimidad en muchos aspectos. Que volveré a dibujar, disfrutaremos como pareja haciendo escapadas, cine, paseos por la montaña... pero por ahora lo haremos de una forma no menos divertida, con la peque. Una nueva versión de estas actividades que estamos seguros no nos defraudará porque ella es el mejor interés común que tenemos y lo mejor que hemos hecho como pareja.
Qué bonita reflexión. Me encanta. La verdad que compartimos muchas cosas, separadas al nacer, jajajja. pero lo de ser tan friki como que no. Eso sí, nosotros llegamos a lo 3 meses juntos, antes de irnos a vivir juntos, jajjajaja.
ResponderEliminarY sí, se echa de menos esos momentos pero te aportan otros muchos diferentes. Volveremos a ser los que fuimos.
Besos
Uuuu si es que por algo somos Gemes! Gracias por tus comentarios. 😘
ResponderEliminar¡Me encanta este post! Es una hermosa reflexión. Parece que es un antes de tener un hijo y después tenerlo. En lo personal echo de menos tener más tiempo de pareja pero en cambio hay cosas que ahora vuelvo a disfrutar como agarrar la tierra con las manos, jugar con un charco de agua, coger piñas del suelo, flores, ver ardillas, de esas cosas que disfrutaba de niña y ahora las disfruto con mi pequeñín. Un beso
ResponderEliminar