miércoles, 10 de junio de 2020

Los libros de mi vida


Desde bien pequeña me ha gustado la lectura. Mi abuela se encargó de enseñarme muy pronto porque lo consideraba una herramienta imprescindible para defenderse en la vida. Así que con unos 4 años ya me entretenía con mis cartillas de lectura y a los 5 ya leía los primeros libros infantiles. De entre todos el primero y el que más recuerdo es el de la imagen, Timoteo va a la escuela, porque no me gustaba nada y lo tuve que leer obligatoriamente. 

Desde entonces han pasado muchos libros por mis manos pero hay algunos que se han quedado grabados a fuego en mi memoria. 

1o. Los aristogatos.
2o. Timoteo va a la escuela. 
3o. El Zoo de Pitus. 
4o. Nacida en Domingo. 
5o. Camila.
6o. Porta falsa.
7o. Afrodita. Clásicos
8o. El Marqués de Sade. 
9o. El último verano. 
10. Cumbres borrascosas.
11. El amante de Lady Chatterley
12. Misery
13. La tienda
14. La zona muerta
15. Ojos de fuego
16. Hilo de plata
17. Cartas para Claudia 
18. Saga Harry Potter
19. Los Dioses mienten (manga)
20. Nana (manga) 
21. Paradisse Kiss (manga) 
22. Los inmortales

Y seguro que me dejo alguno por el camino. Cuando estuve tres meses ingresada en el hospital me leía uno cada tres días así que doy por hecho que me faltan. 

Como podéis comprobar hay una mezcla de géneros. Hay desde infantiles, manga, clásicos, románticos, autoayuda, terror, misterio... y decir que cada uno de ellos ha marcado una etapa en mi vida. Tienen su historia propia y paralelamente la mía. Por eso los hace aún si cabe mas interesantes

Si estáis interesados en saber más sobre ellos me lo decís y os paso más información o bien miráis en San Google que ahí está todo. 

Un kuki saludo y gracias por dedicarme unos minutos pasando por mí blog. 


miércoles, 3 de junio de 2020

Dibujos animados


Cuando era pequeña crecí con los dibujos animados de Los autos locos, La abeja Maya, La Aldea del Arce... y cada vez que alguien los nombra en Twitter o en mi entorno siento un montón de nostalgia. Hoy me gustaría hablar de todo lo que ellos me evocan. 

Recuerdo las tardes de invierno en las que llegaba del colegio y me sentaba delante del sofá para ver los dibujos junto a mi abuela. Ella vivía con nosotros y su propio asiento en el sofá. Tenía la costumbre de hacerme cosquillas en la espalda mientras veía la televisión. ¡Qué gustito! 

Desde que nací hasta los ocho años vivíamos en un ático. Era muy acogedor, o al menos en mi memoria siempre lo ha sido. Cuando nos fuimos de ese piso empezó mi vida a desestabilizarse así que lo recuerdo como el periodo más estable de mi existencia. De ahí me llevo los Snorkels, los diminutos y Juana y Sergio. 

Los fines de semana por la mañana veía Club Disney y mi padre me traía una naranja de caramelo azucarada.
Al mediodía Delfi, Robín Hood o los Fruitis nunca faltaban. 
Por las noches mi padre y yo solíamos ir al videoclub. Él cogía todas las películas de terror que habían y a mí me dejaba elegir alguna infantil. Sentía mucha curiosidad por la colección de películas de Pipi Lastrun. Era una mezcla de fascinación por ese modo vida y tristeza por la soledad que me transmitía. Quién iba a decirme que con los años me volvería un poco como esa niña.
Pasado un tiempo, tras acabar con la filmografía infantil, comenzamos a alquilar videojuegos. Y ahí empezó mi afición por ellos. En otro post os contaré.

A partir de los ocho años ya veía Oliver y Benji y todos esos primeros animes que llegaron a España. Chiquitita, La magia de EMI, Los inventos de Eva, Sandy, Poliana... Todos ellos junto a mis primas que también compartían la misma afición.
Imposible olvidar la famosa frase de "A mediodía... Alegría! Y con Leticia mejor todavía!". 
Leticia Sabater se convirtió en una referente para l@s niñ@s de mi generación. Una pena que el personaje se acabara comiendo a la persona.

En la extraña y compleja adolescencia que tuve recuerdo a los caballeros del zodíaco, a Ranma y a Fly. 

Fue de más mayor, sobre los 27 años, que empezó a gustarme el anime pero destinado a un público más adulto. Series como Nana, Paradisse Kiss, Claymore y otros títulos no muy conocidos pero que me encantaron por su complejidad y profundidad. 

Los dibujos animados han formado parte de tod@s nuestras infancias y no tan infancias. En cada uno de nosotr@s han dejado una huella imborrable que va a ir siempre acompañada de otros recuerdos, sensaciones, olores y sabores... ¿Me equivoco? 

miércoles, 27 de mayo de 2020

¡Cómo hemos cambiado!



Mi marido y yo nos conocimos en el año 2008. Salía de una relación turbulenta y con él encontré la paz que estaba buscando.
Nos fuimos a vivir al mes de conocernos y desde entonces no nos hemos separado más que en momentos contados. 

Una vez leí en un estudio que la apariencia o el carácter son los aspectos más importantes a la hora de buscar pareja. Con los años y mi experiencia puedo decir que hay una variable todavía más importante, compartir los mismos intereses.

Desde el minuto cero lo que acabó de unirnos fueron nuestros mismos gustos, aficiones e intereses en la vida.

Nuestro primer hogar fue una casa de madera. Un anexo que había en el jardín de mis suegros y que apenas tenía veinte metros cuadrados. Un acogedor y perfecto nidito de amor que se nos quedó pequeño a partir del segundo año juntos. No es como la de la foto pero la recuerdo con el mismo encanto.


La siguiente etapa de la relación la pasamos compartiendo piso con una pareja de brasileños. Una experiencia muy enriquecedora que nos enseñó muchas cosas buenas y aunque otras no lo fueron tanto guardamos muy buenos recuerdos.
Si la convivencia a veces resulta complicada con aquellos con los que compartes ideas y costumbres pues imaginad si son diferentes. 

La siguiente y última etapa que nos lleva a la actualidad se sitúa en la casa que vivimos. Tenemos mucho espacio para nosotros y una zona friki en la que mantenemos nuestras joyas de la corona que nos recuerdan quienes fuimos. Y es que éramos muy activos. No parábamos ni dentro no fuera de casa.
Nos gustaba ir al cine, ver series de anime, leer el mismo tipo de libros, hacer excursiones por la montaña, jugar a videojuegos... Como veréis hablo en pasado y es que todo ésto, ya no solo por el coronavirus, se ha visto alterado con la llegada de la peque.

Es cierto que a medida que se va haciendo mayor retomamos poco a poco nuestros hobbies pero nada que ver con lo que hacíamos o éramos cuando estábamos solos.

Cómo hemos cambiado hace referencia a ese momento en el que dejas de pensar en ti y en tus preferencias, en nuestro caso, por la llegada del nuevo miembro a la familia. Tus necesidades se minimizan y aunque siguen ahí, están dormidas, las dejas para cubrir las nuevas.

Sabemos que algún día volverá la intimidad en muchos aspectos. Que volveré a dibujar, disfrutaremos como pareja haciendo escapadas, cine, paseos por la montaña... pero por ahora lo haremos de una forma no menos divertida, con la peque. Una nueva versión de estas actividades que estamos seguros no nos defraudará porque ella es el mejor interés común que tenemos y lo mejor que hemos hecho como pareja.






miércoles, 20 de mayo de 2020

Reseña juego infantil Catch It! 3+

Voy a hablaros de un juego para niñ@s a partir de 3 años llamado Catch It! de Goula. 

Contenido

27 piezas redondas gruesas de fácil agarre para los más pequeños con perros, tortugas o gatos de color amarillo, azul o rojo y con tres tipos de formas en sus vestidos: puntos, rayas o cuadraditos. 

3 dados de madera de buen tamaño. Uno con los colores de las fichas, otro con los tres tipos de animales y el último con las tres diferentes formas que pueden tener sus vestidos (puntos, rayas o cuadraditos).

Mecánica del juego

El juego es muy sencillo y se puede adaptar según la edad del/a peque. Si queremos mayor dificultad utilizamos los tres dados y si queremos facilitar la tarea podemos usar dos o incluso uno. 

Se lanzan los tres dados y con el resultado se busca la forma, animal y color correspondiente. Así hasta que se acaben las fichas. 
Pueden jugar varios niños por turnos y el primero que vea la ficha se la queda. 

¿Qué se estimula?

Con este juego se potencia la atención y la concentración de los pequeños y no tan pequeños de la casa. También se trabaja la velocidad de reacción, la psicomotricidad fina y la discriminación de formas, colores y animales. 

Experiencia

En casa jugamos con la peque de 3 años y aunque las partidas suelen ser breves porque su tiempo de atención oscila entre unos 6 y 15 minutos, lo pasamos bien. Le gusta ir recopilando fichas, tirar los dados y buscar los animales.

Espero os haya gustado la recomendación.

Un kuki abrazo.


miércoles, 13 de mayo de 2020

Todo el mundo tiene un pasado...

Siempre digo en broma que todo el mundo tiene un pasado cuando recuerdo mi etapa Otaku. Antes de tener a la peque pasaba horas delante de mí tableta gráfica y dibujaba mucho.
Tuve un blog llamado chiakuotaku en el que escribía reseñas sobre mangas y subía mis dibujos de los personajes de anime que más me gustaban. 

También creé una cuenta de Twitter en la que los seguidores me dedicaban sus ilustraciones y sus opiniones. Llegué a salir en una revista, participar en el salón del manga de Barcelona, hacer quedadas con los otakus y un largo etc. Todo ello acompañada por mí fiel escudero y fan número 1, mi marido. Siempre ha estado ahí permitiéndome ser yo misma y desarrollarme en todas las facetas que he querido. 

Desde hace tres años vivo en la sombra y en el anonimato porque en cuanto fui madre las prioridades cambiaron. Ahora de todo aquello solo me quedan recuerdos y dibujos. Así entre nosotros/as, no cambio por nada todo aquel mundo por el de la maternidad. Es infinitamente más gratificante sentir a mí niña entre mis brazos.

Hoy me he levantado algo nostálgica y quiero enseñaros algunos de mis preciados tesoros.

Estudié Bellas Artes y lo que más me gustaba era trabajar con el carboncillo. De ahí que todas mis ilustraciones sean con esta técnica. Durante la carrera las elaboraciones eran sobre papel pero terminé adaptándome a las tabletas gráficas. Los dibujos de la imagen son realizados con la Intuos Manga. 

No descarto en un futuro retomar mis lápices y atril. Evidentemente centrada en otra temática, porque una ya tiene una edad y me he quedado desfasada del mundillo Otaku, pero seguiré con mi afición. 

Ya sabéis un poco más de mí. 

Un kuki abrazo.

Hasta pronto.

sábado, 9 de mayo de 2020

He vuelto


Me he tomado un tiempo para reflexionar sobre mi actividad en el blog. Tras un breve descanso he decidido volver y recordar la finalidad de este blog, la de tener un espacio para mí en el que plasmar todo aquello que se me pasase por la cabeza.

Tras esta introducción necesaria para explicaros mi ausencia pasajera paso a hablar de todo lo que me está ocurriendo.

Desde hace aproximadamente un mes formo parte del equipo de administradoras de una comunidad en Twitter. Su nombre es la Comunidad Globera y junto a cinco chicas más formamos un equipazo. Son todas unas cracks y estupendas. 

He de decir que en un principio la idea me asustó porque no sabía si lo haría bien, si tendría tiempo... pero decidí que lo mejor era no pensar y seguir hacia adelante. La corazonada que tuve cuando recibí la propuesta fue inmensa y me hizo sentir muy feliz saber que en el proyecto estaría junto mi geme Violeta. Con ella todo es maravilloluminoso. 
Este primer mes ha sido increíble. Estoy aprendiendo un montón de cosas gracias a los conocimientos que tienen y me siento muy orgullosa de formar parte de esta nueva etapa de la comunidad. 

La propuesta llegó en el mejor momento porque me ha ayudado mucho a pasar el confinamiento y la situación por la que estamos pasando en nuestro País. Estar activa pensando en organizar, crear, publicar... me ha distraido de mis mil preocupaciones. Ellas empiezan por mi hija de tres años. Su futuro me tiene en vilo. No saber cómo será su primer año en el colegio (su adaptación, cambio, nuevo entorno...) con el añadido de los efectos colaterales del Coronavirus... esto hace que mi cabeza se cortocircuite. Además me invade una sensación de pena por todo lo que se está perdiendo tanto a nivel educativo como social. Estar alejada del contacto con otros niños a su edad... no sé qué repercusión puede tener para su desarrollo.

A nivel laboral la cosa no mejora. No he parado de trabajar en estos meses porque mi trabajo está al lado de uno de los sectores más perjudicados de esta pandemia, las personas mayores que viven
en residencias.
Como ya sabéis, soy psicóloga de la tercera edad y ejerzo en un centro residencial desde hace más de 10 años. Estos días están siendo muy duros y difíciles para todos pero para los abuelos y abuelas que viven en residencias no es poco. Hacemos lo que está en nuestras manos para mantener el contacto con sus familias a través videos, llamadas, videollamadas... pero no tienen el calor de sus abrazos y besos. Es ahí donde mi función juega un papel fundamental pero aún así nada les reconforta ya a estas alturas. Eso por no hablar de los que se están quedando en el camino de esta batalla. Sí, los veo venir y marcharse. Les doy el último aliento enfundada en un traje EPI y nuestro último contacto es a través de un guante de silicona. No es justo. Nadie merece una despedida así para una vida llena de trabajo, lucha y poca gratificación en la malloria de los casos.

Tras todo ésto muchos días cuando salgo y me ducho solo me apetece quedarme sentada un buen rato sin pensar, sin hablar, mirando cosas lo más banales y simples que haya en Twitter e Instagram.

Hasta aquí un resumen de mis sensaciones y emociones durante estos meses.

Nos vemos pronto. 
Un kuki abrazo 

sábado, 14 de marzo de 2020

Un día cualquiera ¿Os animáis?

Amanecer

El despertador suena a las 07:15h. Me hago la remolona hasta las 07:30h. Me giro y acurruco junto a mi marido que duerme profundamente. Es el primer buen momento del día. Después de unos minutos le despierto aunque sé que no se va a levantar hasta que no pase media hora. Necesita su tiempo. Salgo de la cama y me voy a la habitación de la peque no sin antes saludar a los peludos que duermen una en el sofá y otro debajo de la mesa del comedor.
Me meto en la cama despacito y le doy un abrazo de esos que quitan el hipo. Así me quedo durante un rato hasta que se despierta y empezamos a darnos muchos besitos. En ese instante soy más feliz que una perdiz y desearía que el tiempo no pasara. 
Cuando se incorpora siempre está muy despeinada pero aún así está preciosa y comestible. Ella me pide brazos y ir al sofá con su mantita. 
Le llevo el desayuno y su chupito de jarabe para aumentar las defensas. Mientras ve los dibujos de Mickey Mouse se viste con mi ayuda y la consigo peinar un poco. La ropa la elegimos con tiempo porque no se suele vestir de cualquier manera, ella necesita preparar su outfit cuidadosa y meticulosamente. 
Entretanto, después de llamarlo unas tres veces, Papi se ha levanta y hace la tostada de costumbre. Yo tomo mi cuenco de leche fría con cereales, mezcla de muesli y crunchy. 
Suele pasar una media hora o cuarenta minutos hasta que por fin salimos de casa. Que si has cogido la mochila, las llaves dónde están, el móvil no lo encuentro así que llámame para saber dónde está... etc.
Dejamos a la peque y los días que nos encontramos a la directora de la escuela hablamos un rato con ella porque tenemos muy buen rollo.
A partir de aquí ya empieza la jornada laboral. Llegamos al centro y Papi se va al despacho. Yo me pongo el uniforme y voy a ver cómo desayunan l@s abuel@s. Les ayudo cuando no pueden hacerlo solos y les preparo para empezar las actividades de la mañana. Después organizo los materiales con los que trabajaremos, leo las notas que mis compañer@s dejan sobre cómo han pasado la noche y finalmente les pongo ejercicios adaptados a sus necesidades. Es importante trabajar de forma personalizada y individualizada. 
No pueden faltar las charlas con las abuelas sobre mi peque. Incluso de vez en cuando les enseño fotos o vídeos de ella. Tampoco faltan las familias preocupadas o las urgencias. Hay días en los que me encuentro casos de ansiedad o agitación que requieren de mucha constancia, empatía y escucha activa. Son auténticos retos pero por suerte suelen remitir a las pocas horas. 
Después de registrar los progresos y/o dificultades en el historial ya puedo recoger y irme a casa. Mi marido me espera en el despacho y nos vamos a casa. 
En el tiempo hasta que sale la peque de clase solemos comer, ver series o programas pendientes. También nos suele dar la ñoña y nos quedamos fritos en el sofá, por eso ponemos una alarma a las 16:30 por si acaso. 
Las ganas con las que vamos a recogerla a la guarde no son descriptibles y cuando la volvemos a abrazar después de 8 horas sin vernos nos derretimos de amor con ella. 
Los días que tiene extraescolares la llevamos y o me quedo con ella o hace la clase sola, depende de cuál toque. Si es inglés va sola y si es música me quedo para hacerla juntas.
En cualquier caso sobre las 19h empezamos con la rutina nocturna habiendo realizado con anterioridad el programa de ejercicios caseros de 10 minutos para despertar los músculos dormidos. Muchas veces la peque está jugando con sus muñecos, conmigo o con Papi mientras acabo.
Nos vamos a la ducha, hago la cena y preparo la habitación de la peque para dormir. Consiste en ponerle el difusor de esencias relajantes, encender las luces cálidas y abrirle la cama con sus muñecos preferidos. Todo un ritual. Los días que está resfriada cambiamos por esencias que despejan las vías respiratorias más una cebolla partida.
Las cenas suelen ser ligeras, sopa más un segundo que puede ser o carne o pescado. Vemos algún capítulo de dibujos del Disney Junior y pasamos a lavar los dientes. Papi se encarga de recoger platos y hacer lavavajillas mientras preparo a la peque para hacer nonas.
Una vez en la cama, leemos unos cuentos o escuchamos unas canciones y depende del día se duerme en media o una hora.
Con la peque dormida empieza la sesión golfa de los papis. Vemos películas, series o programas y lo que se encarte, siempre acompañado de una taza de leche con Nesquik y azúcar (en mi caso porque a Papi le gusta sola).
Sobre las 00:00 o 00:30 después de un abrazo, un beso, comentar un poco las jugadas del día, mirar Twitter y leer a mis compis de la comunidad del globo, nos ponemos a dormir hasta de nuevo volver al principio de la historia. 

Anochecer

Y este es un ejemplo de un día cualquiera en nuestra vida. ¿Queréis participar en vuestros blogs siguiendo la temática "un día cualquiera"?

Puede ser divertido :)

Los libros de mi vida

Desde bien pequeña me ha gustado la lectura. Mi abuela se encargó de enseñarme muy pronto porque lo consideraba una herramienta impresc...